Alistado como soldado voluntario en tiempo de paz, la Guerra Civil le supuso la oportunidad de acceder a la condición de oficial provisional. Como alférez provisional permaneció durante 1937 en posiciones de asedio a Madrid, en enclaves poco activos. Tras ascender a teniente provisional fue destinado a unidades con misiones de choque en operaciones bélicas mucho más significativas. Su manuscrito refleja la rutina y preocupaciones de un joven que ha encontrado una inesperada vía profesional. El artíclulo explora los elementos de cohesión, ruptura, continuidad con su vida anterior y la evolución de la nueva situación.