La atractiva imagen del espinario (spinario, cavaspina, fedale, tireur d’épine, Boy with Thorn, Dornauszieher), muy habitual en la escultura helenística (con brillantes ejemplos en la Galería de los Uffizi, el British, el Louvre o los Museos Capitolinos) y un significado carente de negatividad, se transformó durante la Edad Media, adquiriendo un sentido diferente; pues el personaje, con la excusa de quitarse la espina de la planta de pie, muestra desvergonzadamente su sexo, transformándose en imagen tributaria de la lujuria. Con la llegada del humanismo y el romanticismo su simbolismo fue cambiando: un adúltero, un cateto, un buscavidas o una pieza sublime encarnando una arcádica belleza perdida destinada a la instrucción artística.